La oruga procesionaria del pino es un insecto lepidóptero, que recibe esta denominación por la curiosa manera que utilizan las orugas para desplazarse en el suelo, formando características hileras o filas (“procesiones”).
No solo es conocida por provocar grandes defoliaciones en pinos y cedros, sino que, a diferencia de otras orugas, tiene el cuerpo recubierto de pelos urticantes, que vistos al microscopio son como pequeñas flechas o arpones.
Especial cuidado con perros y niños
La curiosidad propia de niños o de mascotas (perros) respeto al peculiar comportamiento de las orugas en procesión puede llevar a su manipulación directa y las orugas, al sentirse amenazadas, pueden desprenderse de estos “pelos” con capacidad urticante y producir lesiones en los ojos, piel, mucosas, etc.
El ciclo biológico de esta especie tiene una particularidad muy especial. Las mariposas adultas ponen los huevos en verano, las orugas nacen y se alimentan durante el otoño e invierno protegidas en unas bolsas de seda fácilmente reconocibles.
De febrero a marzo, las orugas ya adultas, bajan en “procesión” buscando un lugar apropiado para enterrarse en el suelo, donde pupan hasta convertirse en mariposas y repetir el ciclo.
Sin embargo, no todas las pupas se convierten en mariposas al año siguiente, tardando unas 2, 3 o hasta 5 años. Por lo que es muy difícil acabar con esta plaga usando medios convencionales.
¿Cómo controlar una plaga de oruga procesionaria? ¿Existen insecticidas para la procesionaria?
Los métodos de control más efectivos de la procesionaria en jardinería son la endoterapía y la utilización de trampas.
Tratamiento fitosanitario para la procesionaria: La endoterapía
La endoterapía es el método más recomendable para acabar con la oruga procesionaria en jardines comunitarios y particulares.
Mediante la aplicación de inyecciones se introduce el agente fitosanitario en el sistema circulatorio del árbol quedando este “vacunado” por así decirlo. De esta manera, las orugas al nacer y comer del árbol absorben el producto y mueren.
Para que la endoterapía sea efectiva debe realizarse de octubre a diciembre. Pasadas estas fechas, pierde eficacia, y resulta más aconsejable la instalación de trampas que recogen y evitan que las orugas bajen al suelo y puedan entrar en contacto con personas y mascotas.
Ambos tratamientos deben ser realizados por personal experto, con la formación adecuada para conseguir efectividad y evitar reacciones adversas.
En Grupo Ocean contamos con todos los medios y materiales para asesorar, controlar y erradicar esta plaga de jardines y zonas verdes. No dude en consultarnos.
Riesgos y prevención
De no realizarse la prevención y tratamientos correspondientes, las orugas maduras (“interior de los bolsones”), descenderán del árbol para enterrarse y pupar (transformación en mariposas adultas). En Madrid, las orugas suelen descender en los meses de febrero a primeros o mediados de marzo, dependiendo de la climatología.
Las orugas, especialmente las de estadios finales (diciembre- marzo) resultan sumamente urticantes. Es muy importante evitar que niños o animales puedan tocar las orugas y/o manipular los bolsones (riesgo de urticaria, daños oculares y otras lesiones más o menos severas.)